

La Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola (CAMFA) advirtió una fuerte caída en las ventas del sector y expresó su preocupación por el posible ingreso de equipos usados importados, lo que sumaría presión sobre la industria nacional.
Marco Stiusso, coordinador ejecutivo de Cafma, explicó que la caída en las ventas del sector está relacionada con múltiples factores, principalmente “la baja rentabilidad del productor, los cambios en las condiciones crediticias y la falta de herramientas de financiamiento adecuadas”, que se suman a los efectos arrastrados de la sequía 2022/23.
“El 2025 había arrancado con buenos números, pero hacia mitad de año el mercado se enfrió”, apuntó en declaraciones a Agroindustria en foco programa de Eco Medio AM 1220.
Uno de los temas que genera mayor inquietud entre los fabricantes es la eliminación del Certificado de Importación de Bienes Usados (CIBU), que habilita el ingreso de maquinaria agrícola usada sin los controles previos que regían desde los años ‘90. “Además de afectar a la industria nacional, hay un riesgo fitosanitario concreto, porque muchas de esas máquinas no pasan por los controles del Senasa y pueden ingresar plagas o hongos que pongan en peligro la producción agropecuaria”, advirtió Stiusso.
También explicó que gran parte de la maquinaria usada que podría ingresar proviene de países como Estados Unidos, donde la amortización acelerada permite descartar equipos en poco tiempo. “Nos preocupa convertirnos en el destino final de esa maquinaria de descarte y frenar la renovación tecnológica local”, sostuvo.
Exportaciones
Pese a la coyuntura interna, Stiusso destacó el posicionamiento de la maquinaria agrícola argentina en el mundo: “En sembradoras y pulverizadoras somos líderes globales. Exportamos a América Latina, Norteamérica, Sudáfrica, Europa del Este y Eurasia”.
Argentina no solo exporta maquinaria, explicó, sino también “soluciones integrales, como el conocimiento técnico vinculado a la siembra directa o al sistema de silobolsa”. Ese diferencial —resultado del trabajo conjunto con instituciones como INTA y AAPRESID— es clave para abrir nuevos mercados.
El pico de exportaciones se dio entre 2012 y 2013, superando los 300 millones de dólares, y actualmente ronda los 150 millones, aunque el sector ve margen para triplicar esas cifras. “Hay mucho potencial: en mayo pasado realizamos una misión comercial a Europa del Este con 12 empresas argentinas, junto con Cancillería, Inta y otras instituciones. Ese es el camino”, concluyó. (NAP)