

“No sirve de nada la política de escritorio. El Concejo debe estar donde están los problemas: en las calles, en los barrios y en los caminos rurales”, dispara.
Acompañado siempre por Blackiee, su perro y compañero inseparable, Arechavala logró imprimirle frescura y cercanía a una campaña que busca representar tanto a los vecinos urbanos como a la producción agropecuaria local.
Un mensaje directo al campo
El candidato no esquiva la discusión: “Los productores no pueden seguir pagando más impuestos sin ver caminos arreglados, seguridad ni infraestructura. El campo no es un enemigo, es parte de la solución y del desarrollo de San Vicente”, asegura.
Entre sus definiciones, plantea:
Defender a los productores locales frente al aumento de impuestos y las trabas burocráticas.
Promover infraestructura rural, con mejores caminos y seguridad en las zonas productivas.
Impulsar el agregado de valor en origen, para generar empleo y desarrollo en el distrito.
“San Vicente tiene una enorme potencialidad agroalimentaria. Si generamos reglas claras, apoyamos a los productores y acercamos al municipio a las necesidades del campo, se puede generar trabajo genuino y desarrollo local”, explicó.
Una campaña de cercanía
Mientras otros candidatos centralizan sus actos en escenarios armados, Arechavala prefiere el cara a cara con los vecinos. Se lo vio entrando a barrios postergados donde pocos dirigentes se acercan, y también dialogando con chacareros y productores que reclaman mayor atención del municipio y la provincia.
“Somos Buenos Aires no es un sello, es una construcción de vecinos. Queremos ser la voz de quienes no se sienten escuchados en el Concejo”, remarca el candidato.
Con un estilo austero, directo y sin miedo a embarrarse, Arechavala busca consolidarse como una de las figuras emergentes de la política local. “La credibilidad se construye caminando al lado de la gente, no con promesas vacías”, insiste.
En un distrito marcado por tensiones entre la gestión municipal y la oposición, la figura de Agustín Arechavala y el espacio Somos Buenos Aires aparece como una alternativa fresca, que no teme hablarle al campo ni a los barrios populares con el mismo compromiso.