El año 2025 resaltará en la producción lechera argentina por un crecimiento estimado entre 9% y 10% respecto del año previo; sin embargo, debajo de esa foto aparece una realidad menos favorable: la pérdida sostenida de valor que enfrentan los tambos desde mediados de 2024 y que hoy pone en jaque la rentabilidad del sector.

Así lo explicó Daniel Villulla, gerente de la Cámara de Productores de Leche de la Cuenca del Oeste de Buenos Aires, al analizar la coyuntura de la cuenca oeste bonaerense. “El 2025 cierra prácticamente con un récord de producción. Es un crecimiento importante, sobre todo para un país con peso en el mercado internacional. Pero hay que entender que esto es consecuencia de lo que pasó el período previo”, señaló.

En declaraciones al programa Agroindustria el Foco de EcoMedios AM1220 Villulla recordó que, tras un 2023 “que arrasó al sector”, la primera mitad de 2024 registró una fuerte recomposición de precios en la producción y en la industria. Ese alivio permitió sanear deudas y recomponer la situación económica de muchos tambos. Pero el rebote duró poco.

“Todo el segundo semestre de 2024 y todo 2025 la producción ha venido perdiendo valor, de manera gradual y permanente, tanto en moneda constante como en dólares”, describió. En este marco, el gerente remarcó que el precio percibido por los productores cayó de más de 40 centavos de dólar a los actuales 32 centavos. “Esto tiene que ver con la dinámica macroeconómica: costos en dólares y ventas en pesos. Es estructural en la lechería”, afirmó.

“Los tambos quedamos muy bien situados después del primer semestre de 2024, pero fuimos perdiendo rentabilidad mes a mes. Cerramos 2025 con rentabilidad positiva, sí, pero declinante. Y hoy un segmento importante de productores ya está empatando o entrando en rentabilidad negativa”, advirtió.

Según Villulla, sólo los tambos de mayor productividad y eficiencia —que representan una porción relevante del volumen nacional— mantienen márgenes positivos, pero “muy pequeños” y cada vez más ajustados.

La preocupación central del sector pasa ahora por la recomposición del precio al productor y por lograr condiciones macroeconómicas que eviten que los costos dolarizados continúen erosionando los márgenes. Villulla anticipó que, sin cambios en esa ecuación, “la presión sobre los tambos menos eficientes se va a profundizar”, poniendo en riesgo la continuidad de parte de la estructura productiva lechera del país. (NAP)