Un documento interno de la Presidencia del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria propone una reestructuración integral del organismo que incluye la derogación de unidades administrativas, el cierre de centros de investigación, la eliminación de agencias territoriales y una significativa reducción de personal.

Y la “motosierra” amenaza impactar fuertemente en la Experimental Rafaela, ya que el plan incluye el cierre de todas las Agencias de Extensión Rural, incluidas las 8 que dependen de la estación local. Los detalles del plan fueron revelados por el portal Bichos de Campo, que accedió al temario que será puesto a consideración del Consejo Directivo.

Entre las medidas previstas figura la derogación de 34 unidades a nivel central y la eliminación del INTA AMBA, esta última ya concretada. También se propone el cierre del Centro de Investigación y Desarrollo para la Agricultura Familiar (CIPAF) y todas sus dependencias, así como la eliminación del Centro de Investigación de Agroindustria (CIA), que incluye 35 unidades asociadas.

La Estación Experimental Agropecuaria (EEA) Rafaela del INTA cuenta actualmente con 8 AERs. Estas agencias, junto con 2 oficinas de información técnica, conforman la red de extensión que opera en el área de influencia de la experimental. La estructura del INTA se organiza en Centros Regionales (en este caso, dependientes del Centro Regional Santa Fe) que a su vez supervisan varias Estaciones Experimentales y sus respectivas agencias de extensión.

Otro eje del ajuste es la reorganización regional: se propone reducir de 15 a 4 los Centros Regionales, uno por cada gran área del país (NOA, NEA, Centro y Sur), junto con una evaluación de las Estaciones Experimentales, con la posibilidad de cierres en función de su relevancia estratégica. En esa línea, se plantea mantener solo tres Centros de Investigación considerados prioritarios: el CICVyA, el CNIA y el CIRN.

El plan también incluye la disolución o transferencia de las empresas vinculadas al organismo creadas en los años 90, la Fundación ArgenInta e INTEA, y la eliminación del sistema de asociaciones cooperadoras que funcionan en las Estaciones Experimentales, en paralelo con la reducción de esas unidades y la discontinuación de la producción convencional en los campos del INTA.

En materia de recursos humanos, además del retiro voluntario, se prevé pasar “a disponibilidad” al personal de las áreas que sean cerradas. Si bien el documento no precisa cifras, el presidente del INTA, Juan Cruz Bronzovich, habría anticipado en otros textos una reducción estimada de entre 1.500 y 2.000 empleados. “El personal afectado será invitado a adherirse al programa de retiro voluntario”, señala el escrito citado por Bichos de Campo.

La propuesta incluye además revisar las designaciones de las Autoridades Superiores del organismo, entre ellas el Director Nacional del INTA, Ariel Pereda, directores asistentes y cargos jerárquicos de la Dirección Nacional y del Consejo Directivo, pese a que fueron cubiertos por concurso.

Finalmente, el temario plantea una revisión y redefinición de las líneas de investigación. De los 134 Programas Nacionales vigentes, se propone derogar 42 vinculados a agricultura familiar, EEA AMBA, CIA y otros considerados superpuestos, para avanzar luego hacia una reducción a unos 50 programas, concentrados en 25 líneas de investigación prioritarias de alcance nacional.

Toda la información fue difundida por el portal especializado Bichos de Campo, a partir de documentos internos del organismo que anticipan el alcance de la reestructuración en debate. (NAP)