Con el control de 6 de las 8 secciones electorales de la provincia, el oficialismo bonaerense consolidó su poder territorial y legislativo. La derrota de Milei en el principal distrito electoral de Argentina debilita su capacidad de negociación rumbo a octubre y deja al peronismo mejor posicionado para proyectar poder nacional.
El frente Fuerza Patria, que reunió al peronismo bonaerense, obtuvo una victoria amplia en el interior provincial. Se impuso en la Segunda, Cuarta, Séptima y Octava Sección Electoral, sumando a su histórica fortaleza en la Primera y Tercera (conurbano). Solo la Quinta y Sexta secciones se inclinaron hacia La Libertad Avanza (LLA).
En distritos del interior como Junín, Chivilcoy y 9 de Julio, la diferencia fue de 10 puntos a favor del peronismo, confirmando que el electorado rural y urbano no metropolitano se inclinó mayoritariamente por Kicillof.
Más de 13 puntos de ventaja en la provincia: con más de 96% escrutado, Fuerza Patria alcanzó entre 46 y 47 % de los votos frente al 33-34 % de LLA. La diferencia superior a los 13 puntos confirma la hegemonía peronista en el distrito más poblado del país, clave para cualquier armado electoral nacional.
1. Unidad peronista, fortaleza electoral
El peronismo llegó a la elección con una lista de unidad que integró a todas sus corrientes internas, desde el kirchnerismo hasta e massismo. Esa cohesión resultó decisiva para maximizar votos tanto en el conurbano como en el interior, donde en elecciones anteriores había sufrido fugas. Fuerza Patria se impuso en la mayoría de las secciones, con márgenes amplios en bastiones históricamente disputados.
2. Fractura Milei–PRO y dispersión del voto opositor
La estrategia de LLA de insistir con lista propia y dejar poco margen para acuerdos con el PRO derivó en la proliferación de espacios alternativos. A la disputa se sumaron nuevas fuerzas como Somos Buenos Aires, Potencia BA y Nuevos Aires, que canalizaron parte del voto opositor. En particular, el armado de Somos con Pablo Petrecca (intendente PRO de Junín) resultó clave para absorber el electorado “huérfano” de Juntos por el Cambio. Esta dispersión terminó licuando el peso libertario en varias secciones.
3. La sorpresa en la Cuarta Sección
En este distrito electoral, integrado por 19 distritos de base agropecuaria afectados por inundaciones recientes, Fuerza Patria obtuvo 40,3% de los votos, superando a La Libertad Avanza (30,3%) y a la alianza Somos Buenos Aires (20%).
El contraste con 2023 es notorio: en aquel momento hubo un empate técnico entre el peronismo y Juntos por el Cambio (37,6% vs. 36,3%), mientras que LLA quedaba en tercer lugar con 26%, recordó Bichosdecampo.com. En algunos de estos partidos, por la intransigencia de LLA respecto de armar listas con PRO, los intendentes optaron por sumarse al armado de Somos Buenos Aires.
4. El costo del ajuste económico
La continuidad del programa de ajuste, con recesión y pérdida de ingresos, terminó por debilitar al oficialismo nacional. En el interior, donde el impacto económico se combina con problemas climáticos y productivos, parte del electorado que había respaldado a Milei en 2023 se inclinó por opciones locales o regresó al peronismo, buscando contención frente a la crisis.
5. Consecuencias políticas
Para Milei, la derrota bonaerense desnuda sus fracturas y esta por verse si también erosiona su liderazgo de cara a octubre. Especialmente si no recompone su alianza con el PRO y con los gobernadores, que fue clave en la gobernabilidad que logró desde que asumió hasta la mitad de este año, cuando los acuerdos con los jefes provinciales le permitieron el manejo del Congreso.
Para Kicillof, el triunfo —y en particular el avance en la Cuarta Sección agropecuaria— lo consolida como figura nacional.
En el Congreso, se perfila un peronismo con mayor cohesión y volumen legislativo, frente a un oficialismo debilitado por divisiones internas y desgaste económico. (NAP)