Los sistemas de ordeño robotizado se consolidan como una de las innovaciones más profundas en la lechería moderna, al combinar eficiencia, bienestar animal y calidad de vida laboral.
El diseño del alojamiento influye directamente en el desempeño del robot. Ambientes confortables, con flujos libres/guiados y accesibilidad constante al robot, fomentan la visita y reducen el estrés. La gestión eficiente requiere monitoreo constante de indicadores como visitas promedio por vaca, tiempo de ordeño, producción diaria y conductas de rechazo o fallas de conexión.
Manejo nutricional
El manejo nutricional en tambos robotizados se basa en la precisión. La vaca recibe concentrado en función de su producción y etapa de lactación. El ajuste del alimento balanceado en el robot permite mantener la motivación de visita, pero un exceso puede reducir el consumo de forraje y causar acidosis. Es fundamental equilibrar el consumo total y mantener una base de forraje de alta calidad.
Manejo sanitario
En tambos robotizados, el monitoreo automático de la salud mamaria y del comportamiento es clave. Los sensores identifican cambios en la conductividad eléctrica, color de leche y actividad animal. Esto permite detectar mastitis subclínicas y alteraciones metabólicas tempranas. El control sanitario se integra con la nutrición y el bienestar, formando un sistema de producción de precisión.
El ordeño robotizado es más que una tecnología: es un nuevo paradigma de gestión. Requiere coordinación entre infraestructura, nutrición, sanidad y bienestar. Con un gerenciamiento integral, los tambos pueden alcanzar picos de eficiencia productiva, bienestar y sostenibilidad económica a largo plazo. (DIB)