El proyecto apunta a identificar y evaluar estos cultivos con el fin de planificar su producción a escala nacional. Se enmarca en la ley sobre el Uso Medicinal de la Planta de Cannabis y sus derivados, sancionada en marzo de 2017.
Sucede que en Argentina ha aumentado de manera exponencial la demanda de aceite de cannabis para el tratamiento de diversas patologías, lo que abre la posibilidad de proyectar su producción a escala industrial.
Es así que el INTA y la empresa CannaOil S.A. firmaron este convenio para estudiar el comportamiento del cultivo, las variaciones del clima, como también los métodos agronómicos y de manejo de la producción.
Joaquín Serrano, miembro del consejo directivo del INTA, aclaró: “se trabaja en todos los aspectos de las variedades del cannabis: cómo se va a producir, bajo qué normativa, con qué trazabilidad y con qué calidad".
“Desde el INTA, se realizan ensayos en distintas regiones para analizar la adaptabilidad de las diversas variedades de cáñamo y cannabis a cielo abierto, para poder producir y generar una industria con valor agregado”, aclaró.