

“Por el lado de las importaciones se establece que alimentos con certificación en países de alta vigilancia podrán entrar sin restricciones al país y serán automáticamente incorporados al Código Alimentario Argentino”, explicó el ministro de Modernización, Federico Sturzenegger.
Añadió que también “se eliminan las obligaciones de registrar y autorizar: muestras, productos, establecimientos, depósitos, utensilios y envases (32 hojas de trámites)”. Por lado de la exportación se levantan las exigencias para embarques al exterior y el Gobierno sólo emitirá los certificados que le requiera el país importador.
“Buscamos alimentos más baratos para los argentinos y más alimentos argentinos para el mundo”, enfatizó Sturzenegger. El ministro comentó que “en estos meses innumerables empresas nos han comentado las increíbles peripecias que tenían que sortear para satisfacer requerimientos locales que no eran requeridos por el mercado destino”.
La medida se producte en un contexto donde la industria de alimentos y bebidas del país continúa con una elevada carga impositiva total de entre 40 y 50% y sin que se conozcan medidas para disminutir la presión tributaria nacional, provincial ni de tasas municipales.