El beneficio, vigente hasta el 31 de octubre, eximió del pago de derechos de exportación a ambos sectores por un período limitado. De no mediar una extensión, a partir del 1° de noviembre volverían a regir las alícuotas originales del 5%, con la excepción de los despachos certificados como carne de vaca, que continuarían exentos.
Desde las entidades del sector cárnico reclaman una revisión inmediata de la medida, argumentando que su impacto fiscal sería acotado. En el caso de la carne vacuna, estiman que el costo para el Estado no superaría los USD 150 millones anuales.
Mientras tanto, el consumo aparente de carne vacuna mostró una recuperación en los primeros nueve meses del año. Con una producción total de 2,35 millones de toneladas equivalentes res con hueso, y descontando el volumen exportado, el mercado interno habría absorbido 1,74 millones de toneladas, lo que representa un crecimiento interanual del 6,3%, equivalente a 103 mil toneladas adicionales respecto del mismo período de 2024. (DIB)